Nuestro día comienza con una reunión con la que sería para nosotros la orientadora. Nos explica como es el sistema educativo finlandés. La educación obligatoria comienza a los 7 años o en el año natural de cumplirlos. Previo a ello estaría la educación infantil temprana y la enseñanza preescolar. La duración de la escolaridad obligatoria es hasta los 18 años. A los 15 años comenzaría la formación preparatoria para la enseñanza secundaria superior. Equiparándolo con nuestro sistema educativo, estudiarían todos juntos hasta 3ºESO incluido y, después, continuarían bien en Bachillerato bien en Formación Profesional.
Respecto a la educación especial nos explican que en los centros suele haber una clase destinada a proporcionar apoyos para las dificultades de aprendizaje (aunque este instituto no cuenta con ella). Estas aulas contarían con un máximo de 10 alumnos/as. El apoyo a las necesidades están graduado en tres pasos: el primer nivel sería una acción preventiva destinada a todo el alumnado. El segundo nivel habría ya una intervención pedagógica y, el tercer nivel, sería la intervención especializada con sus propios planes académicos (lo que equivaldría a nuestros centros de educación especial).
Le preguntamos por los problemas entre los alumnos ya que vemos muchas diferencias entre su alumnado y el nuestro. Principalmente nos habla del bullying y ciberbullying. Cuando sucede esto tienen lo que llaman “detención” o trabajo en la comunidad. Si el problema persiste entonces se puede plantear la expulsión elaborando previamente el director un documento/informe.
Hoy nos hubiera gustado poder asistir a una clase de Biología pero no ha podido ser por lo que, tras la rigurosa comida a las 11 de la mañana, nos hemos ido a clase de música con Javier, un profesor natural de Madrid pero afincado en Helsinki. Comprobamos que la dinámica de la sesión es como la otra clase a la que asistimos: en torno a una canción los alumnos tocan diferentes instrumentos y van practicando distintos acordes. Javier nos hace partícipe de la sesión y trabajamos en torno a una canción en finés con la que Elena se atreve a tocar unos acordes con la guitarra, una canción en español (con la que Silvia se emociona) y una mítica de los Backstreet Boys.
Aquí va nuestra aportación de la comida finlandesa, hoy sopa de Goulash y ensalada con sandía.
A las 13:15 nos vamos con Rosa, una de las profesoras de español. Empiezan periodo nuevo por lo que les explica los contenidos que van a trabajar, temas del libro, ejercicios a realizar, etc. Nos llama la atención que en esta clase hay alumnos mezclados, es decir, todos tienen 18 años pero hay distintos niveles de dominio del idioma lo que conlleva que Rosa les especifica por niveles lo que van a trabajar. Aprovechando que estamos en clase nos pide que conversemos con sus alumnos en grupos lo que hacemos encantadas. Rosa termina la clase con un poco de gramática: el condicional compuesto. Para hacer la explicación se apoya en el inglés (idioma con el que hace comparaciones gramaticales) y el finés para la traducción.
Terminadas las clases comienza nuestro momento turístico. Como hoy no tenemos mucho tiempo, nos decidimos por ir a visitar la Iglesia de la roca (Temppeliaukion Kirkko) ya que el martes no pudimos llegar a tiempo para visitarla por dentro. Después aprovechamos para comprar algunos souvenirs y regalos pero sin alargarnos mucho ya que tenemos que preparar la clase de español de mañana. Aunque guardamos un poco de fuerzas para el final de la tarde ya que Javier nos ha invitado al concierto que dará esta noche junto a unos amigos.
¡Mañana seguimos contado!
No hay comentarios:
Publicar un comentario